Las nuevas tecnologías están cada vez más presentes en multitud de profesiones, como la arqueología. Incluso aunque esta consista en interpretar las civilizaciones antiguas, muchos expertos echan mano de los inventos más modernos para conocer mejor nuestra historia.
La importancia de adaptarse a métodos más actualizados para evitar técnicas invasivas con el terreno o para dar difusión de los hallazgos. En Los Bañales, un yacimiento de una ciudad romana situado en Uncastillo (Zaragoza, Aragón), son conscientes de ello y llevan años aplicando las nuevas tecnologías a su trabajo de la mano de expertos, como Pablo Serrano Basterra y a Iker Ibero Iriarte.
Javier Andreu, director científico del proyecto de Los Bañales y del Diploma de Arqueología de la Universidad de Navarra destaca las prospecciones geomagnéticas con georradar que hicieron entre 2010 y 2013 en el yacimiento. “Fuimos pioneros, al menos en Aragón, en implementar su uso crear radiografías del subsuelo que nos han permitido trazar un mapa para conocer el terreno antes de su excavación”, cuenta.
“A veces se sigue trabajando con una arqueología netamente tradicional: excavar, documentar lo excavado e interpretarlo desde el punto de vista histórico -comenta Andreu-. Pero en el proceso de documentación del registro ha entrado con mucha fuerza la fotogrametría, que permite tiene una documentación de cada una de las capas del yacimiento totalmente exacta y fidedigna”.
En la arqueología, Andreu explica que excavan por capas y que cada una debe ser fotografiada y descrita. Según él, este proceso es “un poco subjetivo”, sin embargo, a través de la fotogrametría pueden tener “en el ordenador una foto en tres dimensiones” y recurrir a ella ante cualquier duda.
De los métodos tecnológicos utilizados en esta ciencia, el director científico de Los Bañales, señala dos muy utilizados en la actualidad: la geoarqueología y la arqueología virtual.
La geoarqueología
Según Andreu, esta práctica “consiste en aplicar técnicas del método arqueológico que no sean invasivas, es decir, huir de todo lo que signifique remover el terreno, excavar o incidir en la superficie para obtener resultados”.
Dentro de la geoaqueología, Andreu habla de la fotografía aérea: “Implica volar una superficie, tratarla con filtros cromáticos y con cámaras térmicas para ver el crecimiento diferencial de la vegetación, si hay estructuras debajo y calcular su elevación y su visibilidad recreando cómo se elevaba en el terreno”.
Este método ya se está desarrollando en España y tiene una clara ventaja: “No es destructiva sobre los yacimientos arqueológicos”. Andreu cuenta que, por lo general, al excavar se debe conservar lo excavado “porque pueden quedar piezas”. No obstante, esta tecnología permite hacer “una radiografía del subsuelo y responder a elementos que la excavación de la investigación arqueológica tradicional no resuelve por sí sola”.
La arqueología virtual
Javier Andreu destaca de esta práctica su capacidad difusión: “Hace posible que la gente entienda los restos arqueológicos”. En Los Bañales, cuentan con recreaciones en 3D, con videorrecorridos del yacimiento y con códigos QR.
Asimismo, el director científico del proyecto afirma que estas actividades también anima a los investigadores a plantearse nuevas incógnitas. “Nosotros cuando comenzamos a excavar el foro de Los Bañales no nos imaginábamos cómo era la estructura arquitectónica en alzado -menciona Andreu-, fue cuando empezamos a hacer los vídeos que nos preguntamos qué altura tendría ese pórtico, por dónde entraría la iluminación, etcétera”.
Con respecto a la difusión, Andreu asegura que “las recreaciones en 3D permiten a la gente entender mejor los edificios”. Además, él habla de que estas actividades ayudan también a que conozcan el trabajo que los arqueólogos hacen: “Nuestra actividad no es solamente científica y volcada a nuestra propia satisfacción, sino que tiene que servir a la sociedad”.
En el caso del yacimiento romano de Los Bañales, Andreu destaca la recreación en 3D del foro: “Cuando la gente ve el modelo en 3D realmente está viendo la respuesta a todas las preguntas científicas a las que un arqueólogo se ha tenido que enfrentar”.
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Un videojuego para acercar la arqueología a las nuevas generaciones
El yacimiento de Los Bañales, junto al de Santa Criz de Eslava (Navarra), forma parte de un proyecto para fomentar las vocaciones científicas por la epigrafía y la arqueología entre los más jóvenes. En este proyecto, Andreu destaca su colaboración con las universidades de Coímbra (Portugal), de Burdeos (Francia) y de Sapienza (Italia).
Con la financiación de medio millón de euros de Europa Creativa, que es una división de la Unión Europea, Andreu explica que están desarrollando tres partes: “Una serie audiovisual, un museo virtual y un videojuego”.
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Sin embargo, lo más destacable es sin duda alguna el videojuego: “El principal objetivo que tiene es acercar a los jóvenes, sobre todo de secundaria y bachillerato, el papel que las inscripciones romanas tenían en las sociedades antiguas como vehículo de comunicación”.
Para ello, los jóvenes se convertirán en artesanos fabricantes de inscripciones romanas y viajarán a distintas ciudades de la Antigua Roma atendiendo distintos encargos, como inscripciones funerarias o a los dioses.
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