Dos sondas solares han coincidido en una extraña alineación que ha permitido resolver uno de los misterios del Sol: cómo se acelera y calienta el viento solar, fenómenos de los que son responsables las ondas llamadas Alfvén.
Concretamente, un equipo internacional encabezado por el Centro de Astrofísica Harvard y Smithsonian (Estados Unidos) empleó las observaciones de la sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la sonda solar Parker de la NASA para descubrir la incógnita de la física solar y saber cómo influye en el entorno que la rodea. Por lo tanto, descubrieron que las ondas Alfvén impulsan la aceleración y el calentamiento del viento solar.
Pero, ¿qué es exactamente el viento solar? Se tarta una corriente de partículas que escapa de la corona del Sol y, cuando llega a la Tierra, desencadena las auroras boreales. Además, empieza su viaje a millones de grados de temperatura, se va enfriando de forma natural y se desplaza a velocidades superiores a 1,8 millones de kilómetros por hora, aunque sale de la corona del Sol con velocidades más bajas.
La importancia de las sondas en este hallazgo
Para descubrir este hallazgo, los científicos aprovecharon que Solar Orbiter y Parker, que operan a distancias diferentes y en órbitas muy distintas, coincidieron en la misma corriente de viento solar en febrero de 2022.
Parker, que opera a unos nueve millones de kilómetros del Sol, cruzó la corriente en primer lugar y Solar Orbiter, a 89 millones de kilómetros, casi dos días después. Por lo tanto, esta extraña alineación permitió estudiar la evolución del fenómeno.
Se ha descubierto información crucial
Al pasar por la sonda de la NASA, el viento solar contenía ondas Alfvén de gran amplitud que hacen que el campo magnético cambie de dirección, un fenómeno denominado ‘latigazo magnético’.
Las mediciones de la misma corriente recogidas 40 horas más tarde cuando llegó a la sonda de la ESA, no contenían un cambio de dirección, aunque el plasma se había calentado y acelerado.
Al comparar las dos mediciones, los autores muestran que la energía cinética y térmica adicional obtenida por el plasma igualó la energía perdida por las ondas Alfvén.
Con ello concluyeron que estas ondas proporcionan el calentamiento y la aceleración adicionales necesarios al viento solar a medida que se desplaza desde la corona del Sol hacia el Sistema Solar.