La Fiscalía avanza ahora en tratar de determinar cómo fueron las horas posteriores al crimen.
Las primeras averiguaciones efectuadas por Homicidios dan cuenta de que ese domingo el sospechoso se marchó de la casa de su suegro con dinero y habría tomado un taxi para dirigirse a una villa turística en donde compartió con amigos un asado y bebidas alcohólicas.
Según los testimonios, al día siguiente Condorí había efectuado el pago de una deuda. Ese lunes, cerca del mediodía, Rafael, uno de los hijos de Raymundo Barrionuevo, se dio con el macabro hallazgo.
Para confirmar los movimientos efectuados por el acusado, la Fiscalía solicitó que se haga un informe de geolocalización que se desprenderá de su teléfono celular, el cual está secuestrado en la causa.
Otro de los elementos que pesan contra Condorí son los cortes en la nariz, en una mano y en una pierna, que habrían sido provocados por Barrionuevo cuando se defendió del brutal ataque.
Fuentes consultadas por El Ancasti informaron ayer que la Justicia realizó una última inspección ocular en la escena del crimen para luego hacerle entrega de la casa a la familia de la víctima.
El caso
Raymundo Barrionuevo fue asesinado el domingo 15 de enero pero su cuerpo fue encontrado por uno de sus hijos al día siguiente cuando fue a llevarle la comida para el almuerzo. El cuerpo del jubilado estaba sobre un gran charco de sangre y con múltiples signos de violencia.
Barrionuevo vivía solo desde diciembre del 2021 cuando falleció su esposa. Tenía once hijos. El acusado, Dante «El Peque» Condorí, estaba en pareja hace aproximadamente cuatro años con Graciela, una de las hijas de Barrionuevo y con la que tiene un hijo en común.
Condorí realizaba changas como albañil y a veces prestaba servicios como mozo.