Tres agentes de la Guardia Urbana de Fray Mamerto Esquiú pasaron por una situación bochornosa que repercutió en los medios nacionales: bajaron a comer un pancho en un negocio dejando el móvil abierto.
Su jefe los habría sorprendido en flagrancia y se llevó el vehículo hasta la comisaría, presuntamente para hacerles creer que se los habían robado.
El insólito episodio ocurrió durante la noche del lunes. El chofer de uno de los móviles de «Fray Patrulla”, junto a dos agentes -un hombre y una mujer- habrían descendido de la unidad asignada para cenar un pancho en un negocio ubicado en Alfonso Carrizo y Beltrán, en San Antonio.
Según informaron fuentes consultadas, el vehículo habría quedado con las llaves adentro y sin ninguna medida de seguridad.
Por el lugar habría pasado el director de la Guardia Urbana, el comisario Oscar Valverde, quien -de acuerdo a las versiones- habría decidido llevarse la unidad hasta la comisaría de FME.
Cuando los agentes quisieron volver al vehículo, se llevaron un gran susto y comenzaron a hacer averiguaciones durante un largo rato a los fines de dar con el paradero del rodado.
La novedad trascendió a los medios locales y luego repercutió rápidamente en los portales a nivel país con titulares que invitaron a sentir vergüenza ajena.
Sumariados
El Esquiú.com dialogó con el secretario de Gobierno del municipio, Néstor Nóblega, quien informó que los tres agentes fueron separados de sus cargos momentáneamente y se inició un sumario administrativo a fines de deslindar responsabilidades.
«Estamos en instancia de los primeros pasos administrativos, con base en el informe del director de Guardia Urbana. Se hizo una apertura de sumarios y la Fiscalía del municipio está abocada a ese tema. Todos los actores involucrados serán citados para dar sus versiones”.
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«No fue un robo, si bien habría responsabilidad de los agentes de la Guardia Urbana, quienes tienen conocimiento de que por protocolo no pueden hacer abandono del vehículo; eran tres y bajaron dejando todo abierto. En esta instancia pasó el director y constató que no había ninguno”, señaló Nóblega.
Además, dejó entrever que no habría caído bien la determinación de llevarse el rodado como «lección”.
La propietaria de la panchería hizo declaraciones a radio Valle Viejo durante la tarde, donde aseguró que le pidieron que cuente una versión distinta.
«Bajaron a comer, después se quisieron ir y no estaba el móvil […]. Vino un policía, el chofer y las dos chicas a decirme que yo tenía que decir que yo estaba sentada afuera y había motos raras a unas casas. Que yo los llamé y ellos se bajaron olvidándose la llave adentro y que en agradecimiento les convidé panchos y por eso estaban adentro”, señaló la mujer.
El relato, si bien sería más piadoso, de todos modos no justificaría el abandono del vehículo.