España vive este viernes un nuevo hito de su industria aeroespacial, un sector cada vez más relevante en nuestro país con la proliferación de pequeñas compañías que están dando grandes pasos hacia el cielo.
En esta ocasión, la protagonista es una empresa vasca: está a punto de lanzar LUR-1, el primer satélite desarrollado íntegramente por la compañía Added Value Solutions (AVS), ubicada en el Parque Tecnológico de Miñano, en Álava. Con un peso de 57 kilos y diseñado para orbitar a 500 kilómetros de la Tierra, no solo tiene la misión de capturar imágenes en alta definición, sino también de inaugurar un nuevo enfoque hacia la sostenibilidad espacial.
¿Por qué? Este satélite cuenta con tecnología que permitirá su recuperación al finalizar su vida útil, lo que evitará que se sume a la creciente problemática de la basura espacial.
AVS lleva desde 2021 trabajando en este proyecto y hoy por fin se pone en órbita a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, empresa de Elon Musk, desde la base de la Fuerza Espacial de Estados Unidos en Vandenberg, California, donde se encuentra un equipo de la compañía vasca. En total, LUR-1 ha involucrado más de mil días de trabajo y una inversión de ocho millones de euros, de los cuales el 40% provienen de fondos públicos.
Es la primera vez que AVS, fundada en 2006 en Eibar, lidera una misión completa, desde el diseño y la fabricación hasta el control y operación del satélite.
Sin embargo, la compañía no es ajena a formar parte de grandes momentos de la industria aeroespacial. AVS participó en el desarrollo de dos de los siete instrumentos que se encuentran a bordo del rover Perseverance, que llegó a Marte en 2020. Su tecnología estaba presente en los sensores de viento que forman parte del instrumento MEDA y el objetivo de calibración del instrumento SuperCam.
Este lanzamiento coincide con el 18 aniversario de AVS, que se ha consolidado como un actor clave en la industria aeroespacial con presencia en el Reino Unido, Francia, Estados Unidos y varias sedes en España.
La misión de LUR-1
El LUR-1 tiene múltiples objetivos, entre ellos la observación de la geografía vasca para estudiar el litoral, monitorizar ríos y plagas, y optimizar la distribución de cultivos. Además, funcionará como banco de pruebas para nuevas tecnologías.
Como decíamos, será el primer satélite europeo en llevar un dispositivo que facilitará su recuperación al finalizar su misión. Denominado MICE, es una especie de ‘asidera’ que permitirá que LUR-1 sea capturado de su órbita y llevado de vuelta a la atmósfera para su desintegración. La tecnología, desarrollada por AVS para la Agencia Espacial Europea (ESA), está diseñada para aplicarse también en misiones del programa Copernicus.
Con una vida útil de cinco años, LUR-1 permitirá probar esta tecnología clave para la sostenibilidad del espacio, una línea de negocio en expansión dentro de AVS: además del dispositivo MICE, la empresa está desarrollando soluciones para recuperar satélites que no estén preparados para ser retirados y que ya hayan agotado su ciclo de vida.