10 octubre, 2019 16:41
El dulce de leche es una de las delicias nacionales por excelencia y no es para menos…¡queda bien con todo! Hoy, Madame Papín nos comparte su receta y una anécdota imperdible sobre su creación.
Dulce de leche
El dulce de leche es uno de los manjares nacionales por excelencia y aunque muchos otros países se adjudiquen su creación, la anécdota detrás de su creación es realmente impresionante y vas a tener que llegar al final de esta nota para descubrirla.
Antes que nada, Madame Papín nos comparte su receta casera de dulce de leche y por supuesto, cuenta en primera persona cómo fue que se creó este manjar. ¡No te lo pierdas!
Ingredientes
1L de leche entera
250 gr de azúcar
½ cucharita de bicarbonato de sodio
1 chorrito de extracto de vainilla (o chaucha)
Preparación
La receta del dulce de leche es fácil pero, como todo lo bueno, hay que tener paciencia. Primero fijate de tener un litro de leche entera, un cuarto de azúcar, media cucharita de bicarbonato de sodio y un chorrito de extracto de vainilla o una vaina de chaucha si tenés.
Vas a poner la leche dentro de la olla con el fuego alto pero que no hierva. Una vez que adquiera temperatura, agregá el azúcar y el extracto de vainilla. Ahora sí, dejá que hierva, siempre revolviendo así no se te pega en el fondo y recién cuando llegue a punto de ebullición agregá el bicarbonato de sodio.
Después, bajá el fuego a moderado y cociná durante una hora, una hora y media. Cuando transcurra ese tiempo vas a ver que la preparación tiene un color oscuro y ahí vas a empezar a revolver hasta que adquiera la consistencia deseada.
Truco infalible: para verificar si el dulce de leche está a punto, poner un poquito de la preparación sobre un platito y dejarlo que se enfrié unos segundos.
Una dulce anécdota
Al parecer, el dulce de leche surge a partir de un chisme. Sí, así como lees: un chisme originó la delicia más rica del mundo y al parecer, fue porque una mujer que cocinaba para una casa de familia se quedó escuchando algo que no debía.
La señora, que estaba calentando leche con azúcar para hacer un té con leche para su patrón, se entretuvo escuchando una conversación ajena entre su jefe y un amigo y…¡pensó que se le había quemado! Pero tuvo la fantástica idea de seguir revolviendo, agregarle bicarbonato y vainilla y creó lo que hoy todos conocemos como el dulce de leche.
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