Un nuevo caso de femicidio conmocionó la apacible localidad de Valle Viejo en la mañana de ayer, cuando Julieta Celina Herrera (29), una joven madre de tres niños, fue brutalmente asesinada por su pareja, quien le quebró el cuello con sus manos en presencia de su hijo mayor de 13 años, el cual habría intentado impedir la muerte de su madre.
El autor del crimen, Hugo Castaño (34) luego de cometido el hecho, llevó a sus tres hijos de 4, 7 y 13 años a la casa de su madre para luego entregarse a la Justicia.
Según trascendió por fuentes policiales, el victimario habría confesado: “Discutí con mi pareja y creo que la maté”, a los policías que estaban en ese momento de guardia en la Comisaría de San Isidro.
El hecho se produjo alrededor de las 5.30, según informaron los investigadores, luego de que Castaño, quien se retiró antes de su trabajo como sereno en la escuela de El Bañado y tras llegar a su casa mantuvo una fuerte discusión con la víctima, quien aparentemente hacía un mes habría intentado darle fin a la relación que duró 16 años.
Todo lo ocurrido sucedió en una precaria vivienda de la calle España esquina pasaje La Pinta, del barrio Don Francisco.
Presuntamente, en la pelea, intervino el hijo mayor de la pareja, quien en vano habría intentado impedir el desenlace fatal.
Luego de ello, el sujeto con aparentes lesiones en su rostro, habría tomado la motocicleta de la víctima y llevó a sus tres hijos de 13, 7 y 4 años a la casa de la abuela paterna de los niños, donde habría manifestado “cuídalos, yo sé que vos los amás, yo ya vengo me voy hacer un trámite”, expresaron las mismas fuentes.
De acuerdo a la información recabada de fuentes judiciales, la causal de muerte de la joven Herrera fue una luxación entre la tercera y la cuarta vértebra cervical, por lo que se sospecha que el autor del crimen la habría oprimido con sus manos hasta quebrarle el cuello.
Además, el profesional de la salud que examinó el cuerpo habría expresado en el informe que la víctima presentaba lesiones en el cuero cabelludo y en sus manos, por lo que indicaría que intentó defenderse, aunque la fuerza del atacante era superior.
Cabe aclarar que si bien el presunto autor confesó el crimen, el fiscal que investiga el hecho desestimó que el caso esté resuelto, ya que todavía no realizó la indagatoria en sede judicial.
El aberrante hecho fue el desenlace de más de una década de agresiones a las que la víctima era sometida. Ver a continuación.