
Formado en la Universidad Pública, sostenido por los impuestos de todos, hoy le da la espalda votando en contra de su financiamiento.
No hablamos solo de un voto: hablamos de traicionar a miles de jóvenes de familias humildes que ven en la educación superior gratuita la única posibilidad de romper el círculo de la pobreza. Su mensaje es claro: “yo llegué, ustedes no podrán”.
Este acto no solo desnuda su ingratitud, sino su desprecio por el mandato popular. Un representante que quiere destruir el mismo ascensor social que lo llevó a la cima no merece el respeto ni la confianza de quienes lo eligieron.
Que la sociedad lo recuerde por lo que es: un egresado de la Universidad Pública que votó para condenar a otros a no poder serlo. Y que, cuando vuelva a pisar una facultad, al menos tenga la decencia de no mirar a los ojos a quienes pretende dejar sin futuro.
Editorial Info24 –