DART -siglas en inglés de Double Asteroid Redirection Test, es decir, Doble Prueba de Redirección de Asteroides- es la misión liderada por la NASA para demostrar si sería posible alterar la trayectoria de un cuerpo celeste que se estuviera acercando a la Tierra.

Es posible que si pensamos en meteoritos a punto de colisionar contra nosotros, lo primero que se nos venga a la cabeza sea Bruce Willis salvando el mundo vestido de astronauta, pero la realidad probablemente se alejaría del filme de Michael Bay. En primer lugar, por el tamaño del asteroide que protagoniza ‘Armageddon’ y, en segundo, por el método para librarnos de él.

Que sí: que algún día caerá en la Tierra un meteorito de gran tamaño, capaz de provocar una catástrofe mundial. Lamentablemente no sabemos cuándo, por lo que cuanto antes nos preparemos, mejor. Y de eso va DART: de probar las posibilidades de salvarnos de un asteroide.

Llegados a este punto, evitar el impacto se podría lograr básicamente de dos maneras: destruir el asteroide peligroso o alterar su curso. Es precisamente una desviación por impacto cinético el tipo de defensa planetaria que quiere testar DART.

¿En qué consiste la misión?

Se trata de la primera misión dedicada a investigar y demostrar un método de desviación de asteroides en el espacio a través del impacto cinético. Así, DART colisionará deliberadamente con un asteroide objetivo, que no representa una amenaza para la Tierra, para cambiar su velocidad y trayectoria. 

El objetivo de DART es el sistema binario de asteroides cercano a la Tierra Didymos -‘mellizo’ en griego-, compuesto por el cuerpo principal, ‘Didymos’, de aproximadamente 780 metros de diámetro, y por otro más pequeño, ‘Dimorphos’, de aproximadamente 160 metros y que orbita al objeto primario. La nave espacial impactará contra Dimorphos para cambiar su órbita dentro del sistema binario, para que después los equipos de investigación comparen los resultados de la colisión cinética.

Detalles de la misión DART
Detalles de la misión DART
Carlos Gámez

¿Estamos ya ante una amenaza inminente?

Como subrayamos más arriba, ni Dimorphos ni Didymos representa una amenaza para la Tierra.

Desde hace años, varios observatorios en distintos puntos de nuestro planeta rastrean el cielo nocturno en busca de uno de estos dañinos visitantes. Hasta ahora se han descubierto unos 20.000 asteroides cuya órbita puede acercarlos a nuestro planeta. La NASA considera peligroso cualquiera que supere los 140 metros de diámetro y pueda aproximarse a menos de 10 millones de kilómetros, lo que se traduce en unos 5.000 en total. No obstante, aseguran que de momento no hay riesgo para los próximos 100 años -si bien solo se ha rastreado alrededor del 40% de esos objetos-.

Actualmente, la mayor parte de asteroides que podrían representar un peligro real son de ‘pequeñas’ dimensiones. Para hacernos una idea, el que acabó con los dinosaurios era de unos diez kilómetros de diámetro, mientras que la mayoría de los que se han catalogado no pasan de unos centenares de metros.

Es decir: DART es una nave espacial diseñada con la única meta de impactar contra un asteroide. Estamos ante una -muy cara- prueba de tecnología, de manera que el asteroide objetivo de DART NO nos pone en riesgo, simplemente se trata de «un campo de pruebas perfecto» para ver si estrellar intencionalmente una sonda contra un cuerpo celeste es una forma efectiva de cambiar su curso, en caso de que se descubra una amenaza para la Tierra en el futuro. 

¿Cuándo comenzó la misión y cuánto ha durado?

El 23 de noviembre de 2021, la NASA lanzó la nave espacial DART en un cohete Falcon 9 de SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.

Desde entonces, la sonda ha viajado por el espacio a una velocidad de unos 22.000 kilómetros por hora. La colisión, en la madrugada de este martes, se producirá a algo más de 6 kilómetros por segundo.

Ahora hay que dar en la diana. No obstante, no es una tarea fácil: «Hay que tener en cuenta que esto es un experimento, una demostración de tecnología espacial, por lo que el resultado podría ser que demostrásemos que no hemos podido acertar… al fin y al cabo hablamos de un objeto de 160 metros y de un cuerpo que en el momento del impacto estará a 11 millones de kilómetros de la Tierra. Es como acertar en un hoyo de golf… en la Luna. Además, hay otra complicación, que es el hecho de que las últimas cuatro horas de navegación de DART son autónomas, es decir, tiene un algoritmo que tiene que seguir el objetivo y dar en el blanco», explica para 20BITS Adriano Campo Bagatin, físico doctorado en Astronomía involucrado en la misión DART a través de la Universidad de Alicante.

Asteroide Dimorphos a escala con el Coliseo de Roma.
Asteroide Dimorphos a escala con el Coliseo de Roma.
ESA

¿Cómo es la nave espacial DART?

El laboratorio Jhons Hopkins de la NASA ha sido el encargado de construir DART y el único instrumento de la nave espacial: la cámara Didymos de reconocimiento y asteroides para navegación óptica, conocida como ‘DRACO’. Esta no solo puedes capturar imágenes de Didymos y Dimorphos, también admite la navegación óptica autónoma para la aeronave.

DART incorpora varias tecnologías nuevas: un sistema autónomo de maniobras, algoritmos de navegación en tiempo real, paneles solares desplegables y varios motores -de iones y de propulsión eléctrica-.

Como decimos, en sus últimas horas, DART se valdrá de la tecnología SMART Nav, un sistema de navegación autónomo que utiliza imágenes de DRACO para identificar y distinguir entre Dimorphos y Didymos y para llegar hasta su objetivo.

La nave espacial mide unos 19 metros, algo más que un autobús, y se espera que su masa en el momento del impacto cinético con Dimorphos sea de aproximadamente 570 kilogramos, dependiendo de la cantidad de combustible utilizada por la nave espacial antes del evento.

Medidas de la nave DART y de los asteroides Didymos y Dimorphos.
Medidas de la nave DART y de los asteroides Didymos y Dimorphos.
NASA

¿Cuál sería el alcance de los daños en una amenaza real?

El 15 de febrero de 2013, un asteroide no detectado entró en la atmósfera de la Tierra y explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, provocando un estallido en el aire y una onda expansiva que golpeó a seis ciudades de la región. La explosión hirió a más de 1.600 personas y causó daños estimados en 30 millones de dólares

«Fue un claro recordatorio de que potencialmente objetos peligrosos pueden entrar en la atmósfera de la Tierra en cualquier momento, y que incluso los relativamente pequeños pueden ser de preocupación», afirman desde la agencia espacial estadounidense. El objeto de Chelyabinsk tenía un tamaño de aproximadamente 18 metros

Como decíamos, los astrónomos estiman que hay aproximadamente 25.000 asteroides cercanos a la Tierra de un tamaño cercano a los 140 metros o más grandes, lo suficiente como para causar una devastación regional si llegaran a golpearnos. Esto subraya la necesidad de descubrir y rastrear los cuerpos que orbitan cerca de nosotros, así como realizar pruebas en el mundo real de la posible desviación de asteroides. Pruebas como DART.

«Los asteroides, como la Tierra y los demás planetas, giran alrededor del Sol, pero solo se vuelven peligrosos si sus órbitas y la órbita de la Tierra se cruzan en el mismo punto y tiempo. La clave para prevenir un impacto es la capacidad de predecir tales llegadas mutuas con mucha anticipación, luego alterar el camino del asteroide, aunque sea ligeramente, para evitar colisionar con la Tierra», explican desde la NASA.

Según la agencia espacial de EE. UU., para estar ante un destructor total tendríamos que estar en el camino de un asteroide de 10.000 metros de diámetro, si bien uno de 1.000 ya podría suponer una devastación global y un posible colapso de la civilización.

Tabla de daños que podría causar un asteroide contra la Tierra, según la NASA.
Tabla de daños que podría causar un asteroide contra la Tierra, según la NASA.
NASA

¿Cómo podremos ver la colisión?

No solo los telescopios y radares planetarios observarán el desenlace de la misión. Para conocer al detalle el desarrollo de esta maniobra contaremos con un pequeño espía: el LICIACube -siglas de ‘Light Italian Cubesat for Imaging of Asteroid’-, un satélite de la Agencia Espacial Italiana, ha sido desplegado desde la propia nave DART para tomar imágenes y grabar el efecto del impacto en la superficie de Dimorphos.

Durante este período final, que comenzará en las 12 horas previas al impacto y que se prolongará hasta un par de horas después de este, la estación de New Norcia de la ESA, en Australia, ofrecerá un flujo continuamente actualizado de datos e imágenes de la misión. Los datos de DART habrán recorrido 11 millones de kilómetros antes de llegar a la antena de Australia, de 35 metros de diámetro, todo en aproximadamente medio minuto.

También filmará hasta el último segundo -literalmente- el instrumento DRACO -‘Didymos Reconnaissance y Asteroid Camera for Optical’-, los ‘ojos’ de DART, que la guiarán hacia el asteroide y recogerán las imágenes de los últimos momentos de la sonda en primera persona.

Será la primera película de no ficción que muestre el desvío de un asteroide real.

Imagen de la antena parabólica de 35 metros de diámetro de la estación de seguimiento del espacio profundo de la ESA en New Norcia, Australia.
Imagen de la antena parabólica de 35 metros de diámetro de la estación de seguimiento del espacio profundo de la ESA en New Norcia, Australia.
ESA

¿Y qué pasará después?

DART se hará añicos contra la superficie de Dimorphos. Dos años más tarde, la Agencia Espacial Europea (ESA) se encargará de poner en marcha la misión Hera, cuyo objetivo es rodear a Dimorphos, mapeando su superficie, midiendo su masa y determinando el efecto de DART en su órbita. Además, dos CubeSats -pequeños satélites del tamaño de un maletín- aterrizarán sobre el asteroide para recopilar datos sobre la composición y el origen de la roca.

Hera tiene previsto su lanzamiento en 2024 y su encuentro con el sistema Didymos en 2026.

El astrofísico Adriano Campo opinaba que, aunque todo salga bien, «es muy posible que tengamos que hacer otro experimento». «En mi opinión, yo creo que lo que se tendría que hacer después es, que si hay parámetros críticos que se quedan sin poder entender, plantear otra misión para aclararlos».

Además, añade, «este es un objeto de un tipo determinado, hecho sobre todo de rocas, pero no todos los cuerpos cercanos a la Tierra son iguales, algunos son más porosos, hechos de rocas con más porcentaje de carbono y, por tanto, más ligeros. En estos, tal vez la reacción y el resultado de un impacto fuera distinto».

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