El macabro desenlace de la enfermiza relación entre Hugo Ariel Ocampo (37) y Cintia «Shampoo» Bazán (28) develó la trama de una extensa historia de celos, infidelidades, agresiones y denuncias cruzadas.
Con el paso de las horas, la recepción de declaraciones y los avances en la investigación que llevan a cabo los fiscales Hugo Costilla y Yésica Miranda, se fueron conociendo detalles escalofriantes sobre cómo Ocampo fue asesinado a palazos y pisotones cuando intimaba con Bazán en el piso de una casa en ruinas ubicada en una finca de Antapoca.
Los detalles fueron aportados por la mujer. Ella vio cuando su expareja Enzo Morales (32) apaleaba a su amante y le aplastaba el cuello hasta dejarlo sin vida, para finalmente arrojarlo dentro de un pozo de más de 20 metros de profundidad.
Su abogado defensor, Orlando del Señor Barrientos, se encargó de dar a conocer su versión sobre los hechos. En diálogo con Radio Ancasti informó que al momento de ser detenida, el viernes a la noche, «ella fue espontánea y dijo dónde Morales había tirado el cuerpo de Ocampo».
«Ella negó los hechos que se le imputan. Contó que hacía más de dos años que mantenía relaciones con Ocampo y que se juntaban en ciertos lugares», agregó.
Dijo que, según ella, «a las 6.40 (del lunes) se reunieron en el lugar donde siempre lo hacían. No hubo llamado telefónico. Se manejaban por WhatsApp».
Comentó que en este último encuentro «fueron al lugar donde siempre tenían sus relaciones íntimas, que sería en la finca (donde ocurrió el crimen). Pero cuando estaban por tener su momento de intimidad apareció Morales con un palo», detalló.
“Ella relató que tiraron la campera en el piso y cuando estaban por tener relaciones íntimas salió Morales y lo atacó con un palo.
Los dos estaban en el piso, acostados. Entonces ella le pide a Morales que no lo agreda y en un momento lo empuja para alejarlo. Morales la amenaza y le dice (que no interfiera), que le iba a pasar lo mismo», remarcó el abogado.
Barrientos indicó además que Bazán «vio cuando le pega con el palo y lo aprieta con el pie en el cuello».
Estimó que el brutal ataque «debe haber durado cerca de 30 minutos» y sostuvo que después de que Morales arrojó el cuerpo al pozo «ella, que estaba con su moto, después del ataque regresó desesperada a su casa y se encerró. Fue a buscar a su hijo menor de edad, que tiene con Morales, por temor que él le haga algo. Y todo por la presión que ejerce desde hace años este hombre sobre la mujer».
Indicó que Morales quedó solo en el lugar del hecho cuando la mujer se marchó y remarcó que «ella dijo que vio cuando Morales tiró el cuerpo dentro del pozo, cuando lo llevó y lo arrojó».
El abogado consideró que Bazán «está muy mal porque lo quería y lo amaba. Es la única persona que la hizo sentir realmente como una mujer, y la respetaba».
Indicó que en este marco, pidió pericias psicológicas y psiquiátricas para su defendida «para fundamentar mi pedido de bajar la calificación del hecho que se le endilga. Para mí acá hay otro móvil que concuerda con las pruebas que hay en la causa y las declaraciones de ella. Hay testigos y denuncias por violencia y maltratos a nivel familiar. Y hay un menor de edad que es testigo por los acosos y violencia ejercidos por Morales».
Explicó que después del asesinato, Bazán no realizó la denuncia «por temor. Temor que tiene más de 13 años. Uno de los motivos era una amenaza que él le hacía a la hija. Además hay denuncias por hechos de violencia anteriores».
Igualmente, sostuvo que Morales supo del amorío de Bazán al acceder a su teléfono celular.
«Parece que ella le dio el teléfono celular a su hijo y es ahí cuando Morales vio lo del encuentro que iba a tener con Ocampo. Ellos siempre se encontraban a las 6.30 6.45 cuando él salía a trabajar, o cuando él podía porque él tenía una familia».
De acuerdo con estos testimonios, Bazán y Ocampo mantuvieron hasta último momento y de común acuerdo una relación clandestina.
Denuncias
Fuentes ligadas a la investigación informaron que efectivamente Bazán denunció a Ocampo en diciembre de 2019 por amenazas y lesiones. Presuntamente, en ese momento Ocampo estaba en la casa de Bazán y fue atacado por Morales y sus familiares. El encontronazo terminó con Ocampo acuchillado en un brazo. Se supo que poco después Ocampo radicó una denuncia contra terceros, por un ataque con arma blanca.
Esa lesión dejó una extensa cicatriz, que intentó ocultar con un tatuaje. Y fue por esa lesión y el tatuaje que se pudo identificar el cuerpo, tras ser rescatado de las profundidades del pozo a donde lo habían tirado.
Oficial
Los fiscales Costilla y Miranda en declaraciones a El Ancasti consideraron que Bazán «trata de sustraerse de la hipótesis de la Fiscalía y le endilga la responsabilidad a Morales. La hipótesis de la Fiscalía es que llega Bazán y Ocampo al lugar y es sorprendido en el lugar por el victimario Morales».
«Lo que hace Bazán es desligarse de encontrarse en ese lugar con Morales, que es donde él le da muerte a Ocampo. Ella dice que no tuvo conocimiento y participación en el hecho», remarcaron.
Ratificaron que la imputación para la mujer es “homicidio doblemente calificado por mediar una relación de pareja y alevosía», y que para Morales, es de «homicidio calificado por alevosía».
Saracho está imputado por encubrimiento».
En silencio
El tercer sospechoso detenido, también hermano de Morales, fue citado a indagatoria ayer y se mantuvo en silencio.
Se trata de Eduardo Saracho (23), quien habría encubierto el accionar de Morales y cuya situación procesal se definiría en las próximas horas.
Audiencia de control
Fuentes oficiales informaron que es inminente el pedido de Audiencia de Control de Detención para Morales y Bazán, quienes la próxima semana podrían quedar detenidos con prisión preventiva.
La desaparición
Hugo Ocampo salió de su casa del barrio Nueva Catamarca el lunes a las 6 argumentando que iba a trabajar. Ésa fue la última vez que sus familiares lo vieron con vida. Según se informó, ese día no tenía que trabajar ya que estaba de licencia. La desaparición fue denunciada el martes y de acuerdo con testimonios brindados por su entorno, se esperó un tiempo «porque sabía irse por varias horas».
Su cadáver fue hallado el domingo a la mañana dentro de un pozo, a metros de una casa en ruinas, en Antapoca.
