Un homenaje al extinto expresidente Fernando De la Rúa en la cámara baja derivó
en cruces entre el oficialismo y la oposición. Si bien en un primer momento se intentó
evitar alusiones partidarias, una legisladora opositora relacionó los fatídicos hechos
del 2001 con el rol del justicialismo.
Entre los oradores se encontró el presidente de uno de los bloques opositores en
Diputados, Francisco Monti. Éste hizo un repaso de la vida política del exmandatario
nacional. Tomó la figura de De la Rúa, ya que “obligadamente se lleva a referencia en
la crisis del 2001 y 2002”. “Quiero que este homenaje sea estrictamente un homenaje
y que no nos lleve a discutir otras cuestiones”, dijo, para acotar que de todo el
proceso quedó un aprendizaje. A la vez, mencionó que si bien “viene a la cabeza
hacer referencia a muchas cuestiones que desembocaron en la salida precipitada del
expresidente, prefiero no hacerlas por cuanto abrirían un debate impropio”.
El diputado lamentó que De la Rúa “no haya tenido el acompañamiento adecuado de
nuestro propio partido” y acotó que “hubo muchas otras cosas anómalas”.
Luego llegó el turno de Marita Colombo. Coincidió con su par en el sentido de que
debía ser un homenaje “sin fisuras”, pero realizó algunas menciones. Para el caso,
apuntó a la elección legislativa de octubre del 2001, cuando “hubo un triunfo
aplastante del PJ, es decir, un triunfo de la oposición pero con una bajísima
participación”.
En este orden de ideas, Colombo señaló que en el Congreso “hubo una serie de
acontecimientos que planteaban con claridad la falta de espíritu y colaboración ante
una situación dramática que vivía la Argentina”. “Era el presidente y debía ser
apoyado y ese apoyo se retaceó y faltó”.
Colombo recordó que cuando se produjo la designación en la línea sucesoria
presidencial, “de un opositor político, más allá del nombre, se desencadenó una serie
de hechos fáciles de comprobar: el 30 de noviembre se fugaron 1600 millones de
dólares de depósitos bancarios”.
Además, sostuvo que la agenda parlamentaria “que intentó imponer la oposición con
sus mayorías condujo al agravamiento de la crisis por el debilitamiento del gobierno”.
Incluso, la diputada mencionó: “La trama política de los saqueos quedó demostrada.
El propio Aníbal Fernández -por entonces funcionario- dijo que los saqueos estaban
llamativamente organizados. Aquellos que pensaron que hacían daño a Fernando De
la Rúa no repararon en que hacían daño al pueblo argentino”.
“A pesar de los agoreros de siempre, nuestra democracia viene pasando la prueba
de diciembre. La inestabilidad que signó a algunos gobiernos en la Argentina, creo
que está llegando a su fin”, cerró Colombo su alocución.
En este marco, la diputada oficialista Cecilia Guerrero entendió que hubo claras
alusiones al justicialismo. Señaló que, como peronistas, acompañaban el homenaje.
“Somos respetuosos del dolor”, dijo, pero se habían deslizado algunas aseveraciones
“injustas”.
“Un movimiento proscripto por 18 años con la connivencia del resto de los sectores
políticos no puede permitir que le sean endilgadas conductas que no le son propias.
El peronismo no fue ni es golpista”, resaltó la legisladora.
A la vez, planteó que se da una “rara coincidencia”. “Cada vez que un gobierno
radical o de alguno de sus aliados no puede resolver los problemas del país y los
agrava con nefastas consecuencias, quieren echarle la culpa al justicialismo” apuntó.
Además, rechazó que “el triunfo del peronismo en las elecciones del 2001 haya
generado la crisis, ya estaba instalada”.
En tanto, Guerrero comparó que en la gestión del extinto De la Rúa “se instauró un
endeudamiento cuyos fundamentos públicos hacen recordar a similares argumentos
a los utilizados hace poco tiempo, cuando el Gobierno Nacional se justificaba el
crédito stand-by con el Fondo Monetario Internacional”.
A su turno, el diputado macrista Carlos Molina, afirmó que al expresidente “le tocó
una época difícil del país y, a veces, cuando se hacen los raccontos de la historia, se
analizan los hechos con lo que ocurre en los últimos días, y me pregunto si podemos
endilgarle a Fernando de la Rúa la crisis del 2001 con sólo dos años en el Gobierno
Nacional, y no al no haber podido salir de un déficit fiscal de 10 años que dejó el
expresidente Carlos Menem”.
“A veces, las crisis económicas explotan en manos de los que no la han activado, y
esto es lo que le pasó a De la Rúa”, agregó el legislador.
“Se generó la crisis y no hubo problema de generar la mayor devaluación de la
Argentina y traer a la pobreza a índices que no se pudieron bajar”, continuó Molina.
En este sentido, apuntó que “a De la Rúa lo acusan de una crisis en dos años de
alguien que la generó gobernando 10, y ahora al actual presidente le quieren sumar
la crisis de los que gobernaron 12”.
Cerca del final, el legislador oficialista Maximiliano Rivera se quedó con las palabras
de su par opositor, Monti, durante su racconto político histórico: “Los homenajes
deben tender a prevalecer la memoria de las figuras que fueron parte de la historia,
pero en los últimos años no he visto ningún proyecto donde se proponga el nombre
de Fernando De la Rúa a una obra o calle; es responsabilidad de quienes se arroban
formar parte de un espacio”.