Miles de personas participaron ayer de la tradicional procesión de la Virgen del Valle. El acompañamiento de la gente la ubicó como una de las más convocantes de los últimos tiempos.
Las arterias que formaron parte del recorrido de la caminata junto a la sagrada imagen se vieron colmadas de personas que a su paso se emocionaban al sentir más cerca a la Morena del Valle.
El ingreso de peregrinos fue incesante durante la jornada. Las rutas, espacios de contención y el centro de la ciudad fueron colmados por el arribo de fieles que en el último día de la fiesta mariana querían llegar a demostrar su fe.
El ingreso de peregrinos y el acompañamiento en la procesión fue mayor al registrado en años anteriores. Conforme al relevamiento realizado por personal policial en los distintos puestos camineros, desde las 7.00 del 1 de diciembre hasta las 17.30 de ayer, ingresaron al Valle Central 138.570 personas y 43.906 vehículos. En la misma línea, señalaron que el mayor número de ingreso de peregrinos se registró por el puesto caminero de El Portezuelo, departamento Valle Viejo, por donde arribaban desde las provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy.
Numerosas asociaciones civiles, grupos de peregrinos, escuelas, organismos de gobierno y ONG acompañaron la columna de la procesión.
Desde horas tempranas, el centro de la ciudad se vio colmado de personas que llegaban a agradecer los favores recibidos y otras a pedir por las necesidades que tienen.
Mensaje del obispo Urbanc
Al finalizar la procesión, el obispo diocesano Luis Urbanc dio su mansaje. En sus palabras destacó el ingreso de peregrinos, la solidaridad del pueblo al recibirlos y la tranquilidad con que se desarrollaron las Fiestas Marianas de este año.
En su alocución, el obispo dijo: “Querida Virgencita del Valle, ha llegado el momento de decirte adiós. Y por eso nuestro ser se estremece, las lágrimas comienzan a brotar y los corazones a latir más fuerte. Pero sabemos que es sólo un hasta luego, ya que tú estás siempre con nosotros: en nuestros hogares, nuestras oficinas, nuestras capillas y, sobre todo, en nuestros corazones. Tú vas siempre con nosotros. Tú estás siempre al lado de nuestros enfermos, ancianos, niños y jóvenes. ¡Gracias, Madre, por estar!”
“Hemos vivido una hermosa y fecunda novena de oración, encuentros, eucaristías y acogida de numerosos peregrinos que nos dieron el testimonio de cuánto te aman y de cuánto te agradecen por ser la madre solícita, que no desampara a ninguno de los que se acogen a ti. Gracias por todas las personas que han colaborado de una u otra manera, para que todo se haya desarrollado con armonía, eficiencia y en paz”, continuó el obispo.
En otra parte de su mensaje, Urbanc manifestó: “Quiero hacerte notar, querida Madrecita del Valle, que son siempre más los catamarqueños que ponen su tiempo, sus cosas, su dinero, sus vehículos, sus casas y sus corazones para acoger y atender a los peregrinos, dándoles agua, alimento, medicinas, cobijo y afecto durante su peregrinar, al llegar a tu santuario y mientras permanecen entre nosotros. Bendícelos y danos la gracia de que no quede ningún catamarqueño sin involucrarse en esta gran fiesta de la caridad, la amistad, la fraternidad y la alegría, como son las honras que desde hace cuatro siglos tu pueblo fiel organiza en tu honor”.
El obispo también dijo en su mensaje: “Pongo en tus manos la preparación, organización y desarrollo del Año Mariano Nacional que te dedicaremos en 2020. Se llevará a cabo aquí, en Catamarca, el IV Congreso Mariano Nacional y, como catamarqueños, queremos que sea un gran jubileo de acción de gracias por tu ininterrumpida y cada vez más sentida presencia maternal a lo largo de más de 400 años”.
