Un pensionado por discapacidad de 61 años fue asesinado por una o más personas que ingresaron a su domicilio en el barrio Parque Norte, con la presunta intención de robarle. El hecho conmocionó a los vecinos de la zona por la brutalidad con la que le quitaron la vida a una persona que no tenía cómo defenderse, ya que el hombre tenía movilidad reducida. Ya le habían robado varias veces.
Luis Eduardo Ibáñez vivía en la manzana «X”, lote 2, del mencionado barrio, en un humilde monoambiente. El hecho de sangre habría ocurrido durante las primeras horas del domingo y fue descubierto cerca del mediodía por uno de sus hermanos.
El sexagenario vivía solo en el lugar y tenía por costumbre visitar a alguno de sus parientes los fines de semana. Extrañado por su ausencia, uno de sus hermanos se apersonó en la vivienda. De acuerdo con lo relatado por fuentes policiales consultadas, el hermano de Ibáñez fue hasta la cama para hablarlo y al tocarlo advirtió que estaba ensangrentado y sin vida, por lo que dio aviso a las autoridades.
Personal de la comisaría Séptima rápidamente llegó al lugar. El
hecho fue puesto en conocimiento del fiscal de Instrucción en turno, Javier Herrera, quien comisionó a las divisiones de Homicidios e Investigaciones de la Policía provincial. La zona fue precintada con un amplio despliegue para evitar contaminar la escena.
De los trabajos realizados por los expertos en criminalística surgió que el hombre habría sido golpeado en la cabeza repetidas veces por una persona que manipuló un elemento contundente. En principio no habría señales de defensa, por lo que se presume que Ibáñez dormía.
El o los agresores revolvieron el lugar en busca de elementos de valor y luego se dieron a la fuga.
Fuentes cercanas a la investigación del caso detallaron a El Esquiú.com que cerca de las 6 de la mañana vecinos de las inmediaciones llamaron a la Policía luego de escuchar un tropel y ladridos de perros, pero un móvil de la Séptima recorrió la zona sin divisar movimientos extraños.
Con el correr de las horas, comenzaron a llegar al lugar los familiares de Ibáñez, consternados por lo ocurrido (ver aparte).
El trabajo en la escena del crimen se extendió hasta llegada la noche. Cerca de las 19, la unidad Bravo 4 de la dirección de Bomberos trasladó el cadáver de Ibáñez hacia la morgue judicial, ubicada en el cementerio municipal, para la realización de la autopsia. La Justicia esperaba contar con los resultados de la misma para poder tener más certezas que ayuden a dilucidar el hecho luctuoso.
Los vecinos de Ibáñez indicaron a El Esquiú.com que la zona es insegura y hay poco trabajo de prevención, especialmente durante la noche, por ello evitan salir de sus casas. En el caso de Ibáñez, fuentes policiales deslizaron que le habían robado aproximadamente en cuatro ocasiones. En este sentido, se ordenó revisar si el hombre denunció puntualmente a alguien.
Otro dato a tener en cuenta es que había pequeños rastros de sangre afuera del domicilio que podrían ser un indicio de la dirección en la que huyó (o huyeron) el o los responsables. Se desconocía si se llevaron algún botín.
Al cierre de esta edición, se confirmó que dos jóvenes de 19 y 21 años, y una mujer de 24, todos del mismo barrio, fueron arestados en averiguación del hecho.
Hombre de campo
Luis Eduardo Ibáñez, de 61 años, siempre fue un hombre de campo. Toda su familia es oriunda de la localidad de Los Molles, ubicada en el departamento Santa Rosa. Allí se crió y se desempeñó como hachero y sembrador, hasta que hace unos 10 años sufrió un ACV que le impidió continuar con ese tipo de tareas.
Trabajador precarizado, estaba pensionado por discapacidad y según su familia «cobraba lo mínimo, como para subsistir”.
Ibáñez tenía nueve hermanos, cinco de los cuales están radicados en esta Capital. Cuando su salud se deterioró, lo ayudaron a radicarse en esta Capital, en la humilde vivienda del barrio Parque Norte.
El hombre tiene una hija mayor que vive en Santa Rosa, pero no tenía pareja.
«Lo trajeron a la ciudad para poder cuidarlo más de cerca, pero estaba acostumbrado a vivir solo. Varias veces lo quisieron convencer de quedarse con familiares, pero él se rehusaba”, dijo su sobrino.