
Acusan al oficialismo partidario de cerrar el diálogo, imponer condiciones y obstaculizar la participación de sectores opositores dentro del radicalismo.
Integrantes de la lista “Generación del Cambio” hicieron pública su crítica al rumbo que viene tomando la Unión Cívica Radical (UCR) en Catamarca, denunciando la falta de apertura, el uso discrecional del aparato partidario y una lógica excluyente que –según afirman– dejó sin participación a referentes territoriales, jóvenes y sectores disidentes. “Es momento de hablar con claridad: el radicalismo tocó fondo”, inicia el comunicado, que remarca que, pese a haber hecho todos los esfuerzos por lograr la unidad, desde el inicio del proceso interno enfrentaron maniobras para impedir su participación, entre ellas el cierre del diálogo, la imposición de condiciones y la exclusión de candidatos del interior.
Desde el espacio denuncian que el control total de la conducción partidaria, la Convención y la Junta Electoral se ha utilizado para cercenar la competencia democrática. «Nos dijeron que éramos demasiado opositores. Pero ser oposición no es un defecto: es el mandato que nos dio la gente», afirman. El documento también señala irregularidades económicas, como el envío de montos “informales” por WhatsApp para imprimir boletas, y asegura que se intentó inhabilitar a la lista por supuestas faltas administrativas. A ello se suma la exclusión de candidatos en departamentos como Santa María y Antofagasta, cuyas situaciones todavía esperan resolución judicial.
“Hoy la UCR expulsa. Expulsa cuando sanciona por una foto, cuando borra de las listas a jóvenes con vocación territorial, cuando silencia el debate”, sostienen, y rechazan lo que consideran una falsa unidad, cerrada “entre pocos” y sin integración real. La lista “Generación del Cambio” remarcó que su propuesta apunta a reconstruir un radicalismo moderno, participativo y federal, con propuestas concretas para una Catamarca “con salud y educación pública de calidad, desarrollo minero transparente y municipios con verdadera autonomía”.
Finalmente, lanzaron una convocatoria a todos los sectores que buscan una verdadera alternativa al oficialismo provincial: “Catamarca necesita algo distinto. Y si no lo construimos nosotros, lo hará otro”.
Comunicado completo:
Es momento de hablar con claridad. De mirar a la militancia y a la sociedad a los ojos y decir lo que muchos sentimos: el radicalismo tocó fondo.
Hicimos todos los esfuerzos para participar y lograr la unidad. Desde el inicio buscaron bajarnos, imponiendo condiciones, cerrando el diálogo. Cumplimos con la Carta Orgánica, pero decidieron vulnerar el principio de amplia participación. Tienen el control total del aparato partidario: conducción, convención y junta electoral. Y lo usan para excluir.
Nos dijeron que éramos “demasiado opositores”. Pero ser oposición no es un defecto: es el mandato que nos dio la gente. No para ser funcionales al poder, sino para representarlos con dignidad.
Incluso intentaron condicionarnos económicamente: enviaron montos informales por WhatsApp para imprimir boletas y luego quisieron bajarnos por una supuesta falta de compromiso, ignorando la nota que habíamos presentado. Como no lograron frenarnos por ese lado, fueron por nuestros candidatos en el interior y los excluyeron, sin importar que dos departamentos esperan resolución judicial (Santa María y Antofagasta).
Hoy la UCR expulsa. Expulsa cuando sanciona a una concejal por sacarse una foto, expulsa cuando excluye sin explicaciones a jóvenes con vocación política y territorial de las listas, como en Santa María, Recreo o Valle Viejo; expulsa cuando cercena la participación, silencia el debate y se encierra sobre sí misma. Parece más preocupada por asegurar dos lugares en una lista que por construir una alternativa real para Catamarca.
La lista se cerró entre pocos. Nos ofrecieron una “unidad” condicionada, sin integración ni diálogo. Pero el problema no es una banca: es el modelo de partido que están consolidando. Uno que excluye a quienes piensan distinto, a quienes venimos desde abajo, militando con esfuerzo y compromiso.
Lo que está en juego no es solo una interna. Es el respeto por las reglas, la transparencia y el derecho a competir en igualdad de condiciones.
Representamos a miles de radicales que creen que es posible hacer política con dignidad, con debate y vocación colectiva. El radicalismo no nació para administrar la decadencia, sino para transformarla.
No podemos aceptar una lógica que promueve acomodos personales, castiga la disidencia y desprecia el mérito. Esa no es la UCR que queremos. Rechazamos el disciplinamiento y no aceptamos lecciones de quienes usan al radicalismo para sostener al kirchnerismo.
Nosotros creemos en un radicalismo con equidad, moderno, federal y participativo. Porque soñamos con una Catamarca que garantice derechos, impulse municipios autónomos y promueva un Estado que iguale oportunidades. Una Catamarca con salud y educación pública de calidad, con una política energética al servicio de la gente, y con desarrollo minero transparente.
No vinimos a callar ni a especular. Vinimos a marcar un rumbo distinto. La UCR no puede ni debe ser rehén de intereses particulares. Hoy más que nunca, necesitamos construir una alternativa real frente al oficialismo provincial. Llamamos a todos los sectores a anteponer el interés colectivo al personal.
Catamarca necesita algo distinto. El modelo Corpacci–Jalil–Saadi ha dejado una provincia empobrecida, con trabajadores precarizados, hospitales colapsados, escuelas destruidas e inseguridad creciente. No podemos ser cómplices de este agotamiento.
Desde nuestros espacios venimos construyendo una oposición firme, con propuestas y responsabilidad. Por eso impulsamos alianzas verdaderas, con sentido de cambio, y vocación de poder.
Miles de catamarqueños esperan una alternativa. Y si no la construimos nosotros, lo hará otro.
Porque no vinimos a permanecer.
Vinimos a cambiar. ¡Gracias!