Perdió bríos con el paso del tiempo el tema del Estadio Bicentenario, rebautizado el “Elefante Blanco Catamarqueño”.
Sin embargo, un nuevo informe de TN trajo al tópico un dato atinente a la situación del Coloso de la Loma: un acta de agosto del 2011, durante la gestión del Eduardo Brizuela del Moral.
El documento en cuestión fue confeccionado el 23 de agosto de 2011, firmado casi ocho meses después de que el exgobernador presentó al público las instalaciones del estadio.
En el escrito las autoridades enumeraron una importante cantidad de errores e irregularidades en la construcción, motivo por el cual no se llevó a cabo la recepción definitiva de la obra y se intimó a Capdevilla Construcciones a que resuelva las falencias en un plazo de 30 días.
Estadio de Catamarca,La junta habla de “un afán alarmante de la empresa” por aprovecharse del Estado y expone que la firma no respetó el diseño de las tribunas populares.
“Los ítems denunciados en el Anexo 2 no serán recepcionados por la Administración hasta su ejecución total”, señala el texto. Así, el Gobierno que encargó la obra y pagó por ella se negó a recibir el estadio hasta que la empresa constructora termine los trabajos.
Sucede que los ingenieros y arquitectos que integraban la junta creada por Obras Públicas, advertían por esos días sobre hundimientos debido a una “mala compactación del terreno” en la tribuna Norte y en la carpeta asfáltica del estacionamiento privado.
Informaron, además, acerca de un asentamiento en el buffet Sur y numerosas grietas, juntas y fisuras en las populares. Todo, a ocho meses de su inauguración.
Llamativamente y, según señala TN, el acta de recepción provisoria se firmó 75 días antes de que Lucía Corpacci asuma la gobernación.
En este marco la empresa alude que la actual gestión no hizo tareas de mantenimiento sobre el estadio.
En un tramo del escrito los representantes del ministerio señalaron el “afán de la empresa por aprovecharse del Estado provincial”, el cual catalogaron de “alarmante”.
Fechas
Benjamín Capdevila, titular de la empresa constructora homónima, había señalado que todos los inconvenientes fueron denunciados en 2012 mediante una nota a la Provincia: “Ya sabíamos que el estadio podía tener inconvenientes en sus terraplenes”.
Este documento, según Capdevila, fue girado el 30 de julio de 2012 y para agosto de ese año, la Provincia “dictó una resolución donde establecía que directamente se hacía cargo del estadio”.
Visto desde otra perspectiva: once meses pasaron -desde el acta de recepción provisoria parcial con las advertencias sobre la obra- hasta la nota que giró la firma constructora a la Provincia informando los inconvenientes en la obra.