Una mujer, de 18 años, informó que fue brutalmente agredida por personal de Infantería femenina y de una policía de la comisaría Séptima, la madrugada del sábado, a la salida de un boliche ubicado en Altos Fariñango. En diálogo con El Ancasti, y en compañía de su padre, explicó que ese día, aproximadamente a las 6, tras salir de un local bailable, subió a su moto con una amiga y a unos 50 metros del lugar, se le cayó el teléfono celular.
«Yo conducía, así que me detuve y cuando intenté levantar el teléfono apareció una mujer de Infantería que me dijo: “Como estás de ebria que no te podés ni parar. Bajate de la moto», explicó. Indicó que junto a otras uniformadas la policía le señaló que la moto iba a ser secuestrada. «Me agarraron del cuello y los cabellos y me tiraron en la caja de una camioneta donde había otras policías que me golpearon, aprovechando que estaba tirada en el piso», agregó.
Dijo que fue trasladada a la comisaría Séptima, y que tras ingresarla a una habitación donde había dos televisores, «otra policía me sujetó del cuello y me golpeó. Me zamarreó, me tiró contra un televisor y me caí».
Sostuvo que la golpiza se extendió por varios minutos en los cuales solicitó realizar una llamada telefónica para dar aviso a sus progenitores, sin que le faciliten la comunicación.
«Les pedí que me dejen llamar a mis padres, pero fue peor, más me golpearon», señaló.
Aseguró que aproximadamente a las 10 fue trasladada a Sanidad donde el médico policial «de lejos nomás me dijo que le muestre donde tenía los moretones y nada más». Hizo hincapié en que «en ningún momento me hicieron una alcoholemia o dosaje», y que fue «maltratada en todo momento», recordó que al momento de la aprehensión «las policías le dijeron a mi amiga que se vaya, porque yo estaba alcoholizada».
Por su parte, el progenitor explicó que no le llamó la atención que la muchacha no regrese a su casa en el transcurso de la mañana «porque habitualmente a la salida del boliche se juntan en casa de la amiga a tomar mate, y al mediodía vuelve a mi domicilio».
Sin embargo, ese sábado no regresó y no atendió las llamadas telefónicas de su padre. «A las 13.30 me avisaron de la Policía que estaba arrestada, ebria, fui a retirarla de la Comisaría de la Mujer.
Pero a pesar de que el fiscal ordenó la liberación a las 15, recién a las 22 la dejaron ir», destacó. Finalmente, informó que el sábado denunciaron a las policías «por la salvaje agresión»