Este jueves 7 de septiembre, los catamarqueños manifestaron su acción de
gracias a la Madre del Valle por su protección durante el terremoto de 2004, en el
cierre del triduo celebrado en el Santuario mariano. Paralelamente, del 2°
aniversario de la Beatificación de Fray Mamerto Esquiú.
A primeras horas de la mañana, luego de colocada la imagen cuatro veces
centenaria de la Virgen Morena en el trono festivo, se dio inicio a la santa misa,
presidida por mons. Urbanc y concelebrada por el vicario general, padre Julio
Murúa; el rector del Santuario mariano, padre Gustavo Flores, y numerosos
sacerdotes del clero catamarqueño.
Al concluir la celebración eucarística, el sonido de las campanas y los sones de la
Banda de Música de la Policía de Catamarca marcaron el comienzo de la
procesión con la Sagrada Imagen de la Virgen del Valle, acompañada por San
José y el Beato Mamerto Esquiú, alrededor de la plaza 25 de Mayo.
Cuando la columna procesional regresaba al Paseo de la Fe, nuevamente el tañer
de las campanas y los acordes de la Banda de Música resonaron con fuerza
anunciando la llegada al atrio del templo.
Seguidamente, se homenajeó a la Patria con la entonación de las estrofas del
Himno Nacional Argentino y el Himno a Catamarca.
El obispo destacó la importante presencia de la Policía de Catamarca, que está
cumpliendo los 200 años de su creación, con su Banda de Música, tanto durante el
triduo como en esta jornada especial.
También agradeció a las comunidades parroquiales que peregrinaron desde el
interior, entre ellas Nuestra Señora del Rosario, de Paclín; y Santa Ana y San
Joaquín, de Miraflores, Capayán, zona del epicentro del sismo; como también
otras de Capital: San José Obrero y San Pío X, que lo hicieron de manera
organizada.
El pastor diocesano propuso el desafío de que el año que viene, cuando se
cumplan 20 años del terremoto, “llenemos la plaza con delegaciones de parroquias
de los distintos decanatos”, aprovechando el feriado provincial.
Luego de la bendición final, entre vivas y aplausos, con gestos salidos desde lo
más profundo del corazón, los fieles despidieron a la Reina del Valle que volvió al
Camarín, donde permanecerá hasta las próximas fiestas de la Inmaculada
Concepción en diciembre, cuando salga nuevamente al encuentro de sus hijos.
Cabe destacar, que los fieles presentes se unieron muchos otros a través de las
transmisiones en vivo por las redes sociales de la Catedral y del Obispado y de los
medios de comunicación locales.