No era la primera vez que Mateo (nombre ficticio) llegaba golpeado a la escuela. Tampoco era la primera vez que sus golpes no pasaron desapercibidos para una auxiliar docente. El jueves pasado, este niño llegó a su escuela, en Fray Mamerto Esquiú, con un moretón en el ojo. La auxiliar docente avisó a los directivos para que denunciaran en la Justicia pero la directora y la vicedirectora habrían hecho caso omiso.
«Los problemas de la escuela se quedan en la escuela” fue un comentario con tono autoritario que dijeron estas directivas. El lunes pasado la auxiliar docente corroboró que no se había realizado la denuncia correspondiente, por lo que decidió ir a la Unidad Judicial Nº 11 y denunciar a la directora y a su vice.
«Es un hecho grave y no es la primera vez que pasa. El año pasado, este mismo chico llegó a la escuela golpeado. Sus maestras se habían dado cuenta. El niño es golpeado por su padre”, aseguró.
Cuando Mateo llegó a la escuela y le vieron el ojo morado, le preguntaron qué le había pasado. Su papá le había pegado con el cinto y con la hebilla en la cabeza porque había pisado la mochila de su hermana. «Su papá le pega con el cinto o con una manguera. El año pasado también se lo denunció”, recordó.
Mateo es un niño que se encuentra en situación de riesgo y las marcas de los golpes que recibe lo comprueban. La escuela está en la obligación de denunciar para que tanto la Justicia como el área de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la cartera social intervengan.
La auxiliar docente que se animó a dar a conocer la situación de este chico también remarcó que esta escuela no cuenta con un gabinete psicopedagógico, con psicólogo ni asistente social. Es una escuela con una matrícula baja en comparación con una escuela del centro capitalino, lo cual facilitaría cualquier tipo de intervención ante la presencia de un chico o chica en riesgo, pero habría otros casos más de violencia en el hogar que no logran salir del todo a luz. Según la auxiliar, varios docentes habrían manifestado situaciones como éstas. «Dos niñas –hermanas entre sí- fueron salvadas de haber sido abusadas por su propio padre. Lastimosamente, ya había abusado de una tercera hermana, la mayor”, contó la auxiliar docente.
Una vez radicada la denuncia y ante la inminente participación del fiscal en turno, la empleada de esta escuela expresó que «la directora y la vicedirectora ahora se hacen las preocupadas”. Los golpes a Mateo no son nuevos; al menos dos veces, en los últimos meses, alguien quiso intervenir para que esta situación cesara. Ante la indiferencia de las autoridades, no quedó más remedio que una denuncia penal contra quienes debieron ayudarlo. Ahora, habría un interés, quizá legítimo, para que los niños y las niñas que llegan violentados desde la casa a la escuela no se queden en una situación de riesgo.
AYUDA
En caso de tener conocimiento de que un chico o chica está en situación de riesgo se puede llamar a la Línea 102 de Ayuda al Niño. El área de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes debe tomar intervención.