
Los niños ya no podrán ser utilizados como “trabajadores adultos” en redes sociales. Así lo recoge el anteproyecto de ley que acaba de presentar el Gobierno de España para proteger a los menores que crean contenido en plataformas digitales como YouTube, Twitch, TikTok o Instagram.
Una medida pionera que pone el foco no solo en la parte laboral, sino también en el funcionamiento de los algoritmos, el uso de inteligencia artificial y el control de la monetización de este nuevo tipo de “trabajo infantil” digital.
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, señala que la norma es “la reforma laboral del mundo de la cultura” y que el objetivo es modificar un texto que data de 1985, “cuando no había televisiones privadas, no había redes sociales, no había inteligencia artificial, no había nada de lo que tenemos hoy”, subraya. Por ello, afirma, este Real Decreto —con rango de reglamento— “es clave para mejorar las condiciones de trabajo del mundo de la cultura en España”.
“Por fin regulamos el trabajo infantil. Igual que hoy ya no vemos a niños en el mundo industrial, sí que vemos a menores que trabajan desde sus habitaciones para anunciar cosas o grabar vídeos. El trabajo infantil disfrazado de libertad no se puede hacer, se acabó el uso de menores como si fueran trabajadores adultos. Vamos a garantizar sus derechos”, concluye Díaz.
Un nuevo marco para los niños digitales
En los últimos años hemos visto a menores de edad, a veces de tan solo 9 o 10 años, convirtiéndose en streamers o influencers con millones de seguidores y contratos publicitarios de miles de euros. Ahora, la ley reconoce explícitamente esta actividad como una forma de trabajo que debe estar regulada.
Y no solo por una cuestión laboral: también para blindar su privacidad, frenar el acoso digital y limitar los riesgos derivados de la exposición constante a los algoritmos de recomendación y a la inteligencia artificial generativa.
Prohibido el uso de IA sin control
Uno de los puntos más tecnológicos del texto es el freno al uso indiscriminado de la IA. La futura ley obligará a plataformas, marcas y creadores a informar claramente si un contenido protagonizado por un menor ha sido manipulado mediante inteligencia artificial.
Es decir, nada de deepfakes, recreaciones generativas ni versiones ‘mejoradas’ sin consentimiento y transparencia.
La ministra lamenta que, hasta ahora, la IA haya sido como un “ave de rapiña” y “una ley de la selva en un mundo sin normas”. Este Real Decreto, asegura, va en contra de los usos “abusivos” de la inteligencia artificial generativa y persigue que la cultura no se reduzca a algoritmos o datos.
Así, se busca evitar que los menores sean convertidos en ‘productos’ digitales por medio de tecnologías de hipersegmentación basadas en datos biométricos o emocionales. Hasta ahora, destaca Díaz, se han replicado las voces, rostros o interpretaciones de niños y adolescentes “sin autorizaciones”, convirtiendo su talento “en un dato o en algo que se puede copiar y pegar”. “Esto es lo que se va a acabar”, sentencia.
“La innovación se puede y se debe gobernar con derechos”, concluye.
Autorización y límites de horas
La norma obligará a los representantes legales del menor (padres o tutores) a solicitar autorización a la autoridad laboral para que su hijo o hija pueda realizar actividades remuneradas como streamer o influencer.
Además, la regulación del trabajo de los menores en el ámbito cultural garantizará que solo puedan trabajar un límite de horas y en periodos de inactividad escolar, vacaciones y fines de semana.