El satélite privado ADRAS-J, desarrollado por la empresa japonesa de eliminación de desechos orbitales Astroscale, logró una gran hazaña tecnológica al sobrevolar y tomar imágenes en alta calidad de un desecho espacial en órbita desde todos los ángulos.
Estas fotografías revelan la etapa superior de un cohete abandonado de once metros de largo que está suspendido en microgravedad sobre la Tierra, además, Astroscale pudo capturar dichas instantáneas gracias a la luz solar, tomar datos sobre el movimiento del motor del vehículo espacial y evaluar su estado.
En un comunicado emitido por dicha empresa japonesa, los científicos de Astroscale anunciaron que han logrado un «hito técnico sin precedentes», debido a que el satélite «ADRAS-J es el primer intento del mundo de acercarse, caracterizar y estudiar de manera segura el estado de una pieza existente de desechos grandes a través de operaciones de encuentro y proximidad».
Por lo tanto, tras este hito espacial, Astroscale ya ha demostrado sus sistemas diseñados para acercarse y captar de forma autónoma objetos de escombros incontrolables gracias a la misión ELSA-d (End-of-Life Services by Astroscale demonstrate, por sus siglas). Asimismo, las imágenes ayudarán a los científicos a prepararse para una innovadora encomienda que podría ayudar a restablecer el orden en las desordenadas órbitas en un futuro.
Es decir, el siguiente paso será la ejecución de un «servicio de terminación de misión», que implica la transferencia de un trozo de basura espacial a una órbita segura. Esto se hará en cooperación con la agencia espacial japonesa JAXA, que ya ha proporcionado un amplio asesoramiento técnico, instalaciones de prueba y otras actividades de apoyo al desarrollo y funcionamiento de ADRAS-J.
¿Cuánta basura espacial hay en órbita?
Según la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), unos 40.500 objetos de desechos espaciales de más de diez centímetros de tamaño se desplazan actualmente por las órbitas de la Tierra junto con millones de fragmentos más pequeños.
Estos objetos, que viajan a velocidades de varios kilómetros por segundo, suponen un riesgo para los satélites operativos y para la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Por ello, todas las agencias espaciales existentes están tratando de idear soluciones para retirar de la órbita los fragmentos de basura más peligrosos.
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