Desde el FCyS-Cambiemos, sostienen que no se deben mezclar la coyuntura de las elecciones con la modificación de la Carta Magna. Además, insisten en que el Gobierno debe dar garantías de que no se avanzará más de lo que se acuerde en la Legislatura.
El jueves pasado, durante la primera Asamblea del Consejo Político, Economía y Social de Catamarca, la gobernadora Lucía Corpacci volvió a poner en agenda la reforma de la Constitución de la provincia.
Tras señalar en su discurso que “quisiera dejarles a los catamarqueños una Constitución reformada” porque “es necesario quitar privilegios que tiene la política y entregárselos a los ciudadanos”, la mandataria declaró, en diálogo con la prensa, que en la Apertura de las Sesiones Ordinarias de la Legislatura, volverá a pedir por la renovación parcial de la Carta Magna.
Hace dos años atrás, el Gobierno fracasó en su intento de reforma, luego de que el Frente Cívico y Social-Cambiemos se opusiera a la iniciativa que ya contaba con media sanción del Senado.
Ahora que el Ejecutivo pedirá nuevamente al Poder Legislativo que declare la necesidad de la reforma, la tarea parece ser, en principio, difícil de alcanzar. Es que el año previo a que se rechazara el proyecto de reforma, la oposición se negó a tratarla porque el 2015 era un año electoral, situación que se repite en el presente año y el FCyS-Cambiemos utilizaría el mismo argumento.
En esa línea, se refirió el diputado opositor, Carlos Molina, quien aseguró que -a pesar de considerarse reformista- “va a ser muy difícil ponerse de acuerdo en un tema como la reforma constitucional en medio de un proceso electoral”.
El legislador macrista sostuvo que en medio de las campañas electorales “las discusiones de otro tipo, en lo que hace al manejo ejecutivo del Gobierno, van a entorpecer los acuerdos. Por eso me parece que no es el mejor año para avanzar con la reforma”.
A su vez, Molina dijo que para poder tratar la necesidad de la reforma, el oficialismo debe poner mucho de sí y comprometerse a lograr un acuerdo en la Legislatura sobre cuáles son los puntos específicos que se van a modificar para que luego la Asamblea Constituyente solo pueda tratar esos temas. “Debemos acordar los puntos de la reforma que, además, no van a ser libres para que la Asamblea no se declare soberana, que se haga como en la reforma de la Constitución nacional del 94, que acordemos cuáles puntos vamos a reformar y cuáles vamos a dejar de la actual Constitución”.
Consultado sobre la hipótesis de un acuerdo entre el oficialismo y la oposición para avanzar con la reforma, el referente del PRO consideró que la discusión se podría realizar recién para la segunda mitad del año “si hay un balotaje presidencial podríamos pensar en tener un proceso de reforma para esa altura, para que no influya sobre los efectos de las elecciones legislativas y ejecutivas que tenemos”.
“A mí me parece que la elección para una constituyente tiene que ser muy limpia, que es específicamente para los temas que se reforman. En la elección a constituyente, justamente, se debe discutir qué se va a reformar, no otros procesos que hacen a las cuestiones políticas cotidianas”, opinó.