«Mauricio la da vuelta y esto se da vuelta», cantó la multitud guionada en la segunda marcha del «Sí, se puede». El presidente Mauricio Macri se dio otro baño de multitudes bien precintadas, esta vez acompañado por la gobernadora María Eugenia Vidal. Antes habían compartido la inauguración de una ruta (en realidad un pedacito de ruta ), donde el discurso electoral no se diferenció del de gestión. Más temprano, el presidente prometió que si lo reeligen, ahí sí, va a haber más empleo. No hizo alusión a la cifra de la pobreza , esa misma que en su primer año como presidente dijo que iba determinar su éxito o su fracaso.La marcha del «Sí, se puede» fue la culminación de un día de promesas y actos. Pese a las diferencias internas, Macri y Vidal llegaron juntos y le dieron la mano a un montón de personas, que estaban detrás de unas apropiadas vallas. La multitud movía banderas argentinas, como en los cacerolazos, y algunas banderas amarillas, el color original del PRO. Vidal, que no había participado de la primera marcha, fue una de las principales oradoras. «Hoy decían que iba a llover. Miren si no se puede dar vuelta», comentó con una sonrisa a prueba de votaciones. –No estás sola –le cantaron desde la tribuna. Casi pareció guionado.»Gracias. ¿Y saben por qué no estoy sola, porque hace algunos años atrás cuando con Mauricio empezamos a recorrer la provincia, nos encontramos con ustedes. Fuimos a cada casa, a cada barrio. Y descubrimos que somos millones. Y somos millones los que vamos a encontrarnos de nuevo el 27 de octubre para decir sí, se puede», arengó Vidal. «Sabemos, porque seguimos escuchando, que falta. Sabemos que hay cosas por corregir. Sabemos que se hace con diálogo», insistió la gobernadora, en cuyo entorno habían dejado trascender que este tipo de marchas sólo sirven para afianzar a los convencidos. «Muchos dicen que esto no se puede dar vuelta. Sabemos de imposibles, como en 2015 y no nos rendimos y por eso estamos acá. Nunca bajamos los brazos y por eso estamos en esta plaza hoy. Lo único imposible es lo que no se intenta», insistió la gobernadora. «Somos el equipo de los que no se dan por vencidos. No por un cargo. Vale la pena darla vuelta porque son nuestros sueños y nuestro futuro. Con ustedes lo imposible es posible. Hagamoslo de nuevo con Mauricio el 27 de octubre», concluyó con tono épico.Macri siguió en la misma lógica, gritando al micrófono por momentos. «Esta marcha que comenzó el sábado y que va a recorrer todo el país es hombro a hombro. Estamos todos aquellos que no nos resignamos, que de verdad creemos que hay una Argentina con oportunidades para todos», insistió. Nada de los discursos refirió a la realidad económica ni a la cifra de pobreza que comunicaron ese mismo día, horas antes. «Nos une querer cuidar la democracia. Nos une querer vivir en paz. Nos une amar y querer vivir en libertad y que cada uno
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