«Venimos a reclamar la pérdida de 26% del poder adquisitivo de nuestros salarios, esos salarios sobre los que toman la base de cálculo para el aguinaldo, para las jubilaciones de aquellos que llegan a jubilarse. Hasta hoy los jubilados provinciales no vieron ni un centavo de esos bonos que el Gobierno se ufana de haber entregado, del que se enorgullecen junto con los gremios amigos. Se enorgullecen de pagar salarios en negro, cuando debería ocurrir todo lo contrario», reclamó.
«Nosotros, los empleados públicos, somos los que ponemos en marcha el aparato del Estado, no somos un costo. Algunos dirán que somos pocos, pero somos muchos más los que defendemos esta causa justa, que defendemos el poder adquisitivo y la dignidad de nuestras familias. Pudiéramos ser muchos más si no fuera por las viejas prácticas que creíamos desaparecidas, como la persecución, el hostigamiento y las amenazas a los trabajadores», apuntó el contador, en relación con el respaldo que tuvo la movilización.
En ese punto cuestionó a las autoridades provinciales porque, según dijo, «parecen ser sordas, ciegas y mudas». «Por más que nuestras argumentaciones técnicas y jurídicas estuvieron bien formuladas, se niegan a ver que la inflación galopante destruye el poder adquisitivo de los salarios. Los mecanismos de recomposición salarial tienen que ser razonables y lógicos. Hasta el momento, con nuestro reclamo, no logramos llegar al corazón de las autoridades. No mostraron ni una pizca de empatía hacia los trabajadores provinciales», expresó.
«Les pido a todas las autoridades, pero sobre todo a los que tienen en sus manos la política salarial, que no se olviden que detrás de todos estos compañeros hay familias. Si hay voluntad, hay manera», indicó Hezze a los presentes.
En similar sintonía se expresó Juan Acosta, otro de los oradores, quien además criticó a los gremios que cuestionan la representatividad del reclamo.