El primer ministro Boris Johnson abandona Downing Street por la puerta trasera el 9 de septiembre de 2019 (REUTERS/Toby Melville) Los problemas de Boris Johnson en torno al Brexit están lejos de estar resueltos, en momentos en los que la cuenta regresiva hacia el deadline del 31 de octubre se acelera. El jueves, tanto la Unión Europea como el parlamento británico se manifestaron contrarios a la nueva propuesta de salida del primer ministro. Durante una conversación telefónica mantenida hoy, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, comunicó a Johnson que su nueva propuesta no le convence. “Mi mensaje al primer ministro Boris Johnson: seguimos abiertos, pero todavía no estamos convencidos”, escribió el político polaco en un mensaje en Twitter. Today I had two phone calls on #Brexit, first with Dublin then with London.My message to Taoiseach @LeoVaradkar: We stand fully behind Ireland.My message to PM @BorisJohnson: We remain open but still unconvinced.— Donald Tusk (@eucopresident) October 3, 2019 La nueva propuesta de Johnson supone que Irlanda del Norte se mantenga alineada con las normas del mercado único tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero solo en la circulación de mercancías y de forma temporal. Además, esa provincia británica en la isla de Irlanda saldría junto con el resto del Reino Unido del espacio aduanero de la UE, lo que involucraría la instalación de controles fronterizos entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Más tarde, y pese a la tibia respuesta de Bruselas, Johnson se dirigió a los legisladores cuyas circunscripciones votaron a favor de abandonar la Unión Europea en el referendo de 2016. El primer ministro alegó que los cambios de su propuesta sobre la regulación del comercio entre Irlanda e Irlanda del Norte después del Brexit deberían resolver las preocupaciones que llevaron a varios parlamentarios a rechazar en tres ocasiones el acuerdo negociado por su predecesora, Theresa May. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro britándio Boris Johnson durante la cumbre del G7 en Biarritz, Francia, el 25 de agosto pasado (Andrew Parsons/Pool via REUTERS) “Hemos hecho un esfuerzo genuino por cerrar la brecha, para reconciliar lo aparentemente irreconciliable”, dijo al comenzar su intervención. Johnson presentó la propuesta como un compromiso. El plan crearía “una zona regulatoria en toda la isla de Irlanda, que cubriría todas las mercancías, incluidos productos agrícolas de alimentación”. Eso mantendría a Irlanda del Norte sujeta a la regulación de la UE para productos de alimentación, agrícolas e industriales, eliminando la necesidad de controles de frontera. Sin embargo, durante la tarde del jueves, Jeremy Corbyn aseguró que ningún diputado laborista podría apoyar la alternativa de Boris Johnson al backstop, porque sus planes eran simplemente “inviables”, y parte de un ataque cínico contra los derechos de los trabajadores. “Con o sin acuerdo, la agenda de este gobierno es clara”, dijo. “Quieren un Brexit de acuerdo con Trump que colapsaría nuestra economía y eliminaría los estándares que ponen un piso bajo los derechos de las personas en
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