Dos hermanos fueron ayer condenados por abusar sexualmente de sus sobrinas durante diez años, en hechos que ocurrieron cuando las víctimas tenían 9 y 13 años respectivamente.
Uno de los sujetos cumplirá una condena de 16 años de prisión, mientras que su hermano hará lo propio por 6 años. El fallo fue unánime.
El caso fue recién denunciado en 2010 en Andalgalá, cuando la primera víctima cumplió 19 años y empezó a recibir asistencia psiquiátrica por los distintos traumas que padecía tras haber sido victimizada y sometida por diez años, indicaron fuentes judiciales.
Los hechos acontecieron en el hogar donde vivían las niñas, ubicado en la localidad de Mutquín, en el departamento Pomán.
Una vez que la Justicia de Segunda Circunscripción Judicial tomó conocimiento de ello, al indagar sobre el caso, surgió que la hermana de la primera denunciante también había sufrido vejaciones durante ese lapso; y que sus tíos (uno de ellos empleado municipal y otro profesor de educación física) habían sido los abusadores.
Cabe señalar que en la jornada de ayer se escucharon los alegatos de las partes y que el fiscal subrogante Alejandro Gober, pidió estas penas para los hermanos de apellido Chasampi.
Los jueces de la Cámara Penal Nº3, César Marcelo Soria, Jorge Rolando Palacios y Patricia Raquel Olmi, coincidieron con lo solicitado por el fiscal y fallaron contra los imputados declarándolos culpables de los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante en tres hechos y abuso sexual con acceso carnal en otros tres”.
Daño físico y psicológico
El abuso al que sobrevivieron las hermanas, además de físico, también fue psicológico ya que, según trascendió en el transcurso del debate, uno de los tíos (el que recibió la condena mayor) al notar que su sobrina había llegado a la pubertad y comenzado con su período menstrual, le aseguraba que la dejaría embarazada y la atormentaba con esta amenaza.
De acuerdo a lo que manifestó en el juicio una de las víctimas, los tíos les ofrecían dinero para tener relaciones sexuales con ellos, la madre de ambas nunca supo lo que sucedía bajo su propio techo y tampoco tuvo sospechas, y dejaba a sus hermanos a cargo de las niñas en momentos en que abandonaba el hogar.
La fiscal que investigó la causa, Martha Nieva, solicitó que las dos jóvenes reciban asistencia psicológica.
